El sector de food service no tuvo un buen 2017. El impacto de la reforma tributaria, tanto en arriendos como en insumos –principalmente importados– y la reducción del consumo le pasaron cuenta de cobro a un sector que emplea a más de un millón de personas.
Esta actividad compuesta por restaurantes, cafeterías y panaderías que, según Euromonitor, vendió $35 billones en 2016 y se proyecta que alcance $38 billones en ventas en 2021, vivió unas de cal y otras de arena. Mientras algunos restaurantes independientes y pequeñas cadenas enfrentaron dificultades, las grandes organizaciones del sector registraron crecimientos importantes, según indica Claudia Barreto, presidente de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodrés).
La oferta del canal food service no es nada despreciable. Barreto, presidente de Acodrés, indica que, según estadísticas de la Dian, más de 400.000 establecimientos hacen reporte del impuesto al consumo, lo que evidencia la magnitud de un sector que, según la propia directiva, había venido en los últimos 5 años con crecimientos superiores a 5%, pero que en 2017 se estancó, además de los impuestos por la reducción en el consumo.
La propuesta gastronómica ya cuenta con cuatro sedes en Bogotá y se caracteriza por ofrecer picadas, alitas picantes y hamburguesas, entre otras.
Su nombre traduce "mil sabores" y cuenta con más de 700 restaurantes en países como Australia, Canada, Italia, Panamá, Singapur, Estados Unidos, entre otros.
En entrevista con EL COLOMBIANO, el chef Álvaro Clavijo habla de su historia personal y de la filosofía de El Chato, un restaurante colombiano que acaba de ser reconocido, de forma internacional, como uno de los 50 más importantes de la región.
The World’s 50 Best Restaurants 2024 premió al exponente colombiano en la ceremonia que se realizó este miércoles 5 de junio, en Las Vegas, Estados Unidos, la ciudad anfitriona que recibió a diferentes líderes de la alta gastronomía mundial.
El restaurante abrió sus puertas en la capital con platos de la cocina colombiana. Su especialidad son las “cotizas”, los plátanos maduros rellenos de longaniza, de carne desmechada, de chicharrón o de bocadillo, y cubiertos de queso rallado y suero costeño.